En el siglo XIX, España vivió una serie de transformaciones políticas y administrativas que buscaban modernizar y estabilizar el país.
Uno de estos cambios tuvo lugar en Palencia en 1845, con una reconfiguración de sus ayuntamientos que destacó por la unificación de Brañosera, Salcedillo, Valberzoso y Orbó en un solo ayuntamiento.
El Gobierno político de la época, en cumplimiento de una Real orden emitida por S. M. el 6 de junio del año anterior, se embarcó en una misión para reorganizar los ayuntamientos de la provincia. Esta reorganización se basó en un criterio claro: para que un pueblo pudiera gozar de independencia municipal, debía contar con al menos 30 vecinos.
Este número mínimo fue establecido por la ley del 30 de diciembre de 1843, y se consideró indispensable para la correcta representación en la estadística electoral municipal.
Dentro de este proceso, la unificación de Brañosera, Salcedillo, Valberzoso y Orbó se destacó como un ejemplo de modernización y eficiencia administrativa.
Estos pueblos, con historias y tradiciones propias, se unieron bajo un solo ayuntamiento, buscando fortalecer su representación y optimizar la gestión de recursos y servicios para sus habitantes.
Para llevar a cabo esta tarea, el Gobierno político recopiló datos y noticias, consultando diversas fuentes y elaborando un plan detallado.
Una vez redactado, y tras recibir el informe y aprobación de la Diputación provincial, el plan fue elevado al conocimiento de S. M.
Cumpliendo este Gobierno político con lo dispuesto por el de S. M. en Real orden de 6 de junio del año próximo pasado, procedió a verificar el arreglo de los ayuntamientos de la provincia bajo la base de que para gozar los pueblos de independencia municipal necesitaban contar con el número de 30 vecinos.
Número mínimo que la ley de 30 de diciembre de 1843 hacía absolutamente indispensable, según su estadística electoral municipal.
Este Gobierno político, tomando las noticias y datos que creyó conveniente consultar, redactó un plan que, previo el informe y aprobación de la Diputación provincial, elevó al conocimiento de S. M. Deseosa empero la REINA de asegurar el acierto en un asunto de tanta trascendencia, se ha servido mandar en 24 de febrero último, que se publique en el Boletín oficial el arreglo de distritos municipales propuesto, invitando como lo hago a todos los vecinos a que en el término de un mes expongan y reclamen sobre dicho arreglo cuanto crean oportuno, y que a los 15 días vuelva a insertarse nuevamente para mayor publicidad.
En cumplimiento de todo y para que por los pueblos o vecinos que se crean agraviados, se puedan hacer a esta Jefatura las reclamaciones oportunas, se inserta a continuación la lista de las nuevas municipalidades y pueblos que han de componerlas, según el mencionado arreglo.
Palencia 4 de marzo de 1845.- Agustín Gómez Inguanzo.
Sin embargo, la REINA, en su deseo de asegurar la precisión y el acierto en un asunto de tanta importancia, decidió que el arreglo propuesto de distritos municipales se publicara en el Boletín oficial. De esta manera, se invitó a todos los vecinos a revisar el plan y a presentar sus opiniones y reclamaciones en un plazo de un mes.
Para garantizar una mayor difusión y transparencia, se decidió que el anuncio se volvería a publicar 15 días después.
Este proceso democrático y participativo aseguró que todos los pueblos y vecinos tuvieran la oportunidad de expresar sus preocupaciones y agravios. Finalmente, se publicó una lista de las nuevas municipalidades y pueblos que formarían parte de la reconfiguración, de acuerdo con el plan propuesto.
El 4 de marzo de 1845, en Palencia, se selló este importante capítulo en la historia administrativa de la provincia con la firma de Agustín Gómez Inguanzo.
El caso de Brañosera, Salcedillo, Valberzoso y Orbó refleja el espíritu reformista y modernizador de la época, donde la unificación y la cooperación entre pueblos jugaron un papel crucial en la construcción de una administración más eficiente y representativa